25% de los 75 mil infartos en México está vinculado a situaciones de estrés
Escuchamos la palabra estrés y de inmediato la asociamos con algo negativo; es más, sentimos ya cierta tensión al nombrarla, pero por qué. En este artículo te voy platicar sobre lo que realmente es y cómo lo hemos tomado como algo negativo, cuando en origen no lo es; es como todo, en exceso obviamente es perjudicial para nuestra salud, tanto física, como mental.
Definiciones hay para “tirar al cielo”, como dicen algunos, sin embargo lo podemos entender como las respuestas, pero ¿respuestas a qué?, pues al medio que nos rodea; generalmente lo experimentamos ante situaciones que consideramos amenazadoras o desafiantes. Recordemos los días de escuela, cuando debíamos exponer algún tema frente a los compañeros de clase ¿Cómo nos sentíamos? ¿Algo parecido a “mariposas en el estómago”? entonces comenzábamos a tartamudear y de repente todo se nos borraba de la mente. Esa es una de sus tantas manifestaciones,
¿Qué es?
Según la organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés es “el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción”; es decir, para responder a algo que va a suceder, es aquí donde está la raíz del problema, pues ¿qué pasa si no sucede nada?, ¿si es falsa alarma?
Nuestro ambiente nos exige continuas adaptaciones, por lo tanto, cierta cantidad de estrés no está mal, de hecho es benéfica.
Hablemos del hombre de las cavernas, el cual debía reaccionar a diversas situaciones que le presentaba em medio. Imagina que se enfrentaba a grandes animales para conseguir la alimentación diaria, lo que lo ponía en situaciones peligrosas. En estas circunstancias el estrés hacía la diferencia entre la vida y la muerte.
En nuestra época, cuando cruzamos la calle y nos sentimos amenazados por un auto, es normal que respondamos, lo cual puede salvarnos de sufrir algún accidente.
En la actualidad, los eventos estresantes se han multiplicado por 100, por lo que es imposible responder como lo hicieron nuestros antepasados, pues nos meteríamos en problemas. Sería muy complicado reaccionar cada vez que nos sentimos en peligro, por ejemplo, cuando el vagón del Metro va saturado y alguien nos golpea con su brazo sin querer.
¿Qué pasa?
El botón del pánico se activa en ocasiones que no lo ameritan. Comenzamos a lidiar con el “villano de la historia”: creamos temores inexistentes y hasta “predecimos el futuro”; por ejemplo, si el jefe en la oficina nos contestó mal (exactamente en ese momento acababa de discutir con su esposa), de inmediato creemos que tiene algo en contra de nosotros, cuando no es así. Estos pensamientos nos generan ansiedad, tensión y nos hace infelices, además de provocarnos enfermedades físicas, por ejemplo, problemas cardíacos.
Hay distintos motivos o estresores en nuestra vida diaria: el trabajo, la escuela, las finanzas o la próxima mudanza, de hecho casi cualquier cosa nos estresa. Cuando pasamos por momentos que para nosotros resultan estresantes, entonces nuestro cuerpo responde, pero en ocasiones la respuesta resulta exagerada, entonces la energía producida no se descarga y causa somatización y trastornos psicológicos.
Te voy a contar una anécdota personal
Hace algunos años yo también experimenté de manera aguda el estrés. Cuando iba en la universidad, más o menos en los últimos semestres, se me ocurrió tomar clases extras para adelantar el semestre, lo que me llevó a experimentar una gran tensión y, como consecuencia, me condujo al hospital. Comencé a tener problemas con el intestino grueso, pero no sólo eso, si no que también afectó mi tiroides, algo que yo desconocía en ese entonces. No imaginaba hasta dónde podría llegar mi situación de estrés y qué tanto podría modificar la función de mi tiroides.
Te platico esto porque la tiroides es la encargada de regular nuestro metabolismo, entonces ¿qué crees que pasó? Que la función de mi tiroides se alentó y tuve problemas graves con mi metabolismo, además de sufrir depresión, ansiedad, insomnio, entre otras cosas que te contaré más adelante.
¿Sabías que… el 60% de los estudiantes sufren de estrés? Según datos de la UNAM
La buena noticia es que los riesgos psicológicos y físicos que ocasiona el estrés se pueden prevenir y tratar, independientemente del tiempo que llevemos con ellos ¿cómo? Pues aprendiendo a reaccionar de manera adecuada ante las diversas situaciones que se nos presentan, que es una de las cosas que más nos daña al final.
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